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Avanzado

Carta de un padre en favor de la inclusión escolar

Enviado por María 
Carta de un padre en favor de la inclusión escolar
08-June-2011 23:09
Hola a todos

Como algunos de vosotros sabéis estoy en el foro Angelman internacional y en estos días se está hablando de la inclusión escolar, un padre ha escrito una carta, para que las familias que esten teniendo problemas en conseguir plaza en escuela inclusiva para sus hijos, si les parece puedan utilizarla. La he traducido y aquí os la dejo por si puede servir de ayuda a alguien.

María - Elena 27 (del +)
Madrid

..................
Mi nombre es Marc Bissonnette, padre de Lian-Jacques Bissonnette, un niño de 12 años con Síndrome de Angelman, deleción positiva.

El está en 7º grado en el colegio público Beachbur en Beachburg,
Ontario, Canada.

Tiene un asistente educativo asignado para él a tiempo completo (asistente personal) hay otros dos asistentes en la escuela para levantar y cambiar a otros chicos pero que no ayudan a Liam.

Liam no habla, va en silla de ruedas, pero puede gatear e ir agarrado de un mueble a otro, así como caminar con ayuda (sujetándole por detrás para equilibrarle) también utiliza un andador.

Mentalmente tiene una edad equivalente a 12-16 meses, y probablemente siempre estará así.

Técnicamente, mi hijo está “catalogado” como en integración total en la escuela, aunque, nosotros, los padres, nos gusta llamarlo “integración con sentido común” – Liam acude a las clases con sus compañeros en las asignaturas de arte, música, gimnasia, comedor y excursiones. Durante las asignaturas académicas pasa el tiempo en la guardería y en primaria, el no puede aprender asignaturas como matemáticas, lengua o geografía. No solo disfruta del tiempo que pasa con los niños en la guardería durante esas clases, sino que disfruta también de los juguetes y del alboroto de algunas actividades durante el recreo.

No esperamos que Liam crezca y consiga un trabajo, no buscamos la inclusión “solo porque sea un derecho humano” (aunque esto es realmente verdad) – es su derecho como ciudadano y como ser humano) pero lo queremos por dos razones primarias distintas que su disfrute:

La presencia de Liam entre los chicos de su edad les enseña tolerancia, aceptación y familiaridad hacia los niños que son como Liam y el es muy diferente: El babea, sonríe mucho, hace sonidos como gruñidos y sonidos guturales, el ríe de vez en cuando, lleva pañales y si, a veces llora y se frustra. Aunque debido a su constante implicación con los niños en su escuela durante los últimos 8 años, no ha habido ni un solo incidente de mal trato. Nadie le ha llamado retrasado, frikie, raro. Ningún niño le ha pegado o tirado de su silla de ruedas. Ellos han crecido sabiendo que sí, Liam es diferente, pero que él realmente disfruta con su compañía y como respuesta ellos también disfrutan.

Segundo, y posiblemente más importante, el beneficio de “la integración con sentido común” de Liam, es que el es el recordatorio del contrato social que todos tenemos unos con otros.

Para aquellos quienes lamentan la utilización que se hace de sus impuestos, tiempo y recursos gastados en mi hijo, un rápido recordatorio, apuntar que por una caída, un accidente de coche o un golpe en la cabeza ellos podrían estar como él.

Enseñando a sus compañeros que nosotros como parte de una sociedad, vigilamos y cuidamos a personas como mi hijo, les recordamos que “Dios no lo quiera” si les ocurriera lo peor, la Sociedad no les abandonaría.


Les insisto en que vuelvan a pensar en su política de abandono a las personas con discapacidad o niños “diferentes” apartándolos en una clase todos juntos. No solo están creando un perjuicio a estos estudiantes, sino que están también despreciando a cada uno de los chicos en esa escuela, especialmente a los niños con necesidades especiales.

Me gustaría insistir en que piensen también en que están ayudando a mejorar a la siguiente generación de la Sociedad, aquéllos que se convertirán en los próximos doctores, enfermeros, técnicos, científicos, profesionales y demás; cuando tú seas anciano y frágil, o, de nuevo, Dios no lo quiera, que te sucediera algo, que te ate a una silla de ruedas y te haga dependiente de una persona para algo tan sencillo como comer, o que te limpien después de ir al baño, ¿de verdad quieres que esas personas sean personas que nunca han tenido ningún contacto con personas profundamente discapacitadas?
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