Nos ha llegado al correo de nuestra asociacion , este mensaje de Jose Manuel (voluntario de nuestras jornadas ) y no puedo dejar de publicarlo y compartirlo con vosotros , Gracias amigo por sentirlo ! por tu generosidad !!
GRACIAS EN NOMBRE DE ASA A TODO EL VOLUNTARIADO.
Asunto: Resumen voluntariado ASA del pasado sábado
Remitente: José Manuel
Destinatario: Voluntariado ,
info@angelman-asa.org
Fecha: Lun 23:14
Hay días en la vida que te marcan, y seguramente el del sábado fue uno de esos días en los que siento que me quedé tocado, premiado y agraciado con una recompensa muy grande, en forma de sonrisas, de gestos y de miradas, que te llenan el corazón y que te cambia la estructura de la realidad, de mi realidad.
Amaneció lloviendo y fue así durante gran parte de la mañana. Lo importante es, como dice la cita, que la vida no es esperar a que pase la tormenta, es saber bailar bajo la lluvia.
En el hall del hotel, Ana, la presidenta de ASA, nos nombró a todos las personas voluntarias, sorprendida de que no hubiera casi bajas, nos indicó donde recoger nuestra camiseta y nuestra gorra amarillas. Sé que perdí durante la jornada tres gorras, pero siempre había alguien que me conseguía una nueva, casi sin pedirla, un pequeño gesto que demuestra que la gente que estaba allí desbordaba generosidad y entrega.
Salimos junto a la piscina, buscando claros en el cielo, prediciendo un sol que queríamos que llegase más pronto de lo que llegó luego más tarde. Los soles que sí aparecieron fueron las niñas y niños, los adolescentes y también ya mayores, muchos en sillas o en carritos, y otros con su andar, unos mejor que otros. Y fueron, en realidad, fuimos asignándonos a las personas con las que íbamos a compartir las horas siguientes. Yo esperaba de los últimos, me cuesta mucho elegir, y esperaba que fueran los padres los que me llamaran...y así entré en el universo de Sara, o fue al revés, ella entró en el mío, o sencillamente es que juntamos nuestros universos por un día.
Llovía fuera así que en la sala que habilitaron más parte del comedor con la tele, nos quedamos. A veces salíamos a ver si el chispeo cejaba en su empeño. Así aprendí que Sara sabe decir muy bien "mamá", que le gusta mucho el rollo de film transparente, y que le gusta mucho más tirarlo. También le gusta las muecas, los ruidos, el jaleo y abrazar fuerte al padre de su amiga de toda la vida. Mientras tambien conocía a más ángeles y a más monitores mientras nos movíamos de un lado para otro, mientras jugábamos con globos y con gorras voladoras...
Y seguía nublado, pero ya no llovía, eso permitió inflar el castillo hinchable, poner en funcionamiento la máquina de pompas de jabón y que la música de los cantajuegos sonara con más fuerza...Salimos a cielo abierto, aunque siguiera encapotado, pero con más sitio para moverse, bailar con la silla y ver como los más pequeños se tiraban por la rampa del castillo. Entre canciones, persecución de pompas, globos que producían risas, y cosas que caían al suelo que provocaban carcajadas llegó la hora de comer.
Sara y yo dimos varias vueltas para desear buen provecho a una comida en la que muchos dejaron los macarrones con tomate y las croquetas con patatas fritas más en el plato o en sus camisetas que dentro de la boca...¡qué se lo digan a Joan! Con el que compartimos mesa Sara y yo, junto a su monitora. No comió mucho, pero puedo asegurar que se lo pasó muy bien también en la comida.
Después de la comida (Sara se quedó a comer con sus padres), muchos aprovechamos para meternos en la piscina, la cual habían cubierto para que nos pudiéramos meter sin miedo a que lloviera. Descubrí que es verdad, el agua les encanta. Reconozco que soy muy malo para los nombres, pero las muecas de felicidad que ví en el agua me son difíciles de ver en mi día a día, y no creo que las olvide fácilmente.
Más tarde comenzó el espectáculo de piratas, princesas, malabaristas, superhérores, hellos-kitty y Pocoyos, equilibristas, bailes y música, mucha música, que acabó por redondear un dia en el que acabó saliendo el sol entre las nubes...ante tantas sonrisas se rindieron las nubes y acabaron por irse.
Escribo todo esto como resumen de este día. Ana nos pidió que expresáramos con algo escrito cómo nos había parecido la jornada, cómo nos habíamos sentido...y no sé bien describir eso que hace que en el fondo sienta que quién ha ayudado no soy yo a vosotros, sino que la energía, la magia, el abrir ojos, el acercarnos realidades, el hacernos comprender, el entender superaciones y sacrificios, el cambiar esquemas de cómo apreciar este mundo es posible gracias a acercarse a familiares como vosotros, y acercarse a vuestras hijas e hijos, verdaderos ángeles, que te enseñan el verdadero significado de la sonrisa.
Muchas gracias.
José